
Mentalidad… Y juego
Pero no todo tiene que ver con la mentalidad. Sin juego no se sostiene un equipo. Y mucho menos uno campeón. Allí, los Warriors también cumpliero con nota para volver a ser. Empezando por la defensa y una pieza clave: Andrew Wiggins. «Nos permitió reconstruir nuestra defensa exterior», confesó Steve Kerr. El canadiense firmó cuatro robos y tres tapones en el sexto encuentro, unos números que nunca antes había logrado. Fue el ‘factor X’ que los Celtics no se esperaban. Su propia medicina les daba en la cara.
Era -con Kevon Looney y Jordan Poole- el complemento perfecto a los tres que siempre estaban. Curry, Klay Thompson y Draymond Green. Tras un inicio positivo de temporada regular (24-5) se creyeron su cometido y lo desarrollaron a la perfección: volver a ganar. Aunque con otras armas, centradas en la defensa, la transición y aprovechar la mínima eficiencia de los defensores rivales. Una, a partir de la que su mejor argumento, Steph Curry, mataba partido tras partido.
Denver, Memphis, Dallas y Boston por el camino de los Playoffs. Su mejor sinfonía, la de ganar, sonando una vez más. La de ser campeón por mucho que las predicciones y la edad se entrometieran en su camino. La dinastía vive, y tiene cuerda para rato.
ESPN,SPORTPLUS


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